domingo, 15 de mayo de 2011

Té Kombucha

La Protagonista de la Semana
¿Qué es exactamente esta bebida?  
Se consigue a partir de una infusión azucarada de hojas de té o de plantas adecuadas a la que se incorpora el cultivo Kombucha, una simbiosis de levaduras y bacterias beneficiosas, para unos hongo para otros liquen, cuya fermentación transforma la infusión en una bebida sabrosa con una variada gama de elementos:
• Vitaminas B1, B2, B3, B6, B12, ácido fólico, C, D, E y K.
• Enzimas: invertasa, amilasa, catalasa, sacarasa, enzima coagulante, proteasa, etc.
• Ácidos orgánicos esenciales: ácido glucorónico, ácido láctico, ácido acético, ácido glucónico, ácido carbónico, ácido úsnico, ácido tartárico, ácido cítrico, etc.
• Minerales: dependiendo del té o planta que se use. Por ejemplo, el Rooibos contiene hierro, potasio, zinc, manganeso, cobre, calcio, magnesio, fluoruro.
• Y no menos importantes levaduras y polisacáridos, además de la teína (en el caso del té) y un 0,5 aproximadamente de alcohol.
Todos estos componentes justifican buena parte de sus saludables efectos y éstos han sido verificados científicamente. Pero muchas otras de sus propiedades, conocidas a través de la experiencia (incluso fue utilizado como remedio en la Primera Guerra Mundial), son aún objeto de investigación; porque la clave parece estar precisamente en la asociación armónica de tantos participantes cuyo proceso de aleación interactúa de forma aleatoria para desencadenar, como en el caso de los buenos vinos, un producto vivo que en circunstancias óptimas de higiene y atención ofrece unos resultados tan insustituibles como irreproducibles, por el momento, en un laboratorio.
También como los buenos vinos, la kombucha ofrece experiencias organolépticas exclusivas (color, olor, gusto y textura). En términos generales, su presencia es inmejorable ya que, aun careciendo de conservantes o colorantes ni aditivos artificiales de ninguna clase, ofrece una variada gama de colores que se despliegan en tonalidades intensas de ámbar, rosa, rojo, dorado, teja, según el ingrediente base escogido.
La textura del ataque en boca recuerda a la sidra, debido al tipo de fermentación (en ningún caso al grado de alcohol) y a que se consume fresco y natural. Conviene agotar el envase abierto en pocos días (de 6 a 10), pues su proceso no se detiene y así manifestará su evolución al paladar. Pero además, su sabor viene determinado por todas las variables que intervienen en su desarrollo y, por supuesto, la planta elegida como base: té verde, té rojo, té negro, mezcla de hierbas, infusión frutal, el arbusto rooibos, etcétera.
La elección depende tanto del gusto personal como del objetivo perseguido, aunque sus propiedades probióticas, regenerativas y desintoxicantes están presentes en todas sus variedades. Lo mejor es probar hasta acomodar las preferencias, con los niños el elaborado con té de frutas no suele fallar.

Historia
El consumo del té fermentado se descubrió por primera vez en Manchuria en el año 220, extendiéndose su uso a Rusia. Durante la II Guerra Mundial, esta bebida fue introducida en Alemania. En 1950 llegó a Francia así como a África del Norte, donde su consumo se volvió muy popular. Actualmente también se usa en los Estados Unidos y otras regiones. En nuestra ciudad, aparentemente, su consumo es común.

Propiedades del kombucha
• Normaliza el tránsito intestinal
• Regula la flora intestinal
• Tiene efectos antivíricos y antibacterianos
• Activa las defensas del cuerpo
• Desintoxica el organismo
• Reduce el nivel de colesterol
• Equilibra la acidez en el cuerpo
• Mejora la digestión de las proteínas
• Estimula la circulación
• Facilita la absorción de minerales
• Activa las funciones del páncreas
• Equilibra la glucosa sanguínea
• Aumenta la secreción de azufre fisiológico, vitamina B12 y vitamina K
• Mejora el rendimiento del oxígeno en las células
• Aumenta el bienestar
• Potencia la capacidad física de los deportistas
• Elimina las agujetas

Elaboración del té Kombucha

Vasija o jarra de vidrio de 1,5 - 2 litros de capacidad.
NO utilizar vasijas de cerámica pues el barniz puede contener plomo, y como el té fermentado es ácido, es probable que disuelva parte del plomo, que es tóxico. Lo aconsejado es utilizar vasijas de vidrio de uso culinario.
Se prepara una infusión de té (negro o verde, pero parece ser que el negro va mejor), en la proporción de unas 2 - 3 bolsitas por litro de agua y se deja reposar unos 20 minutos.
Se añade en caliente unos 80 g. de azúcar blanco por litro (una tacita pequeña de café por litro) y se disuelve bien.
Añadir el Kombucha (en forma de lámina blanquecina de consistencia parecida a la sepia) cuando el té esté frío, si no puede morir, y añadir también el líquido que viene con el primer "hongo" pues esto ayuda a la fermentación. Si se pierde, echar una cucharada de vinagre, pero entonces la primera bebida tendrá peor sabor.
El "hongo" flotará seguramente. Si se va al fondo, no pasa nada, subirá a la superficie en uno o dos días.
Se tapa la vasija con un pañuelo o tela de algodón porosa y limpia, y se sujeta con una goma elástica, para que no entre polvo y no se formen mohos.
Se deja la jarra con el té Kombucha, en un lugar que no le dé el sol unos 7 días (la primera vez incluso más)
Se recomienda NO dejarlo en la cocina.
El "hongo" se reproduce con rapidez. Primero forma una "tela" transparente o una especie de escamitas blancas en la superficie que luego se convierten en una película blancuzca gelatinosa, que va ganando en espesor, superponiéndose a la lámina inicial y formando varias capas (aspecto y consistencia de sepia)
Es normal que aparezcan burbujas de gas.
Después de esos días se separa el hongo con una cuchara de plástico (parece ser que el metal no va bien), se deja en un platito, y el líquido (algo turbio, de color miel) se filtra y coloca en botellas de vidrio que se dejan tapadas en la nevera otros 5 días (más o menos)
Del líquido se guarda medio vaso para añadir al nuevo té Kombucha y hacer de iniciador. Parece ser que en la nevera las levaduras siguen actuando y mejora el sabor y las propiedades.
Luego se puede beber. Primero mejor una dosis baja, por ejemplo una tacita antes de comer o entre comidas. Luego dicen que se puede aumentar hasta 3 tacitas antes de las comidas (hay gente que se toma hasta 1 litro)
A medida que se van formando nuevas pieles encima (los hijos o "babys") se pueden retirar y dar a alguien que las quiera. Hay quien se las pasa por la piel pues dicen que es bueno. Cuando el hongo original se vuelve muy oscuro es mejor sustituirlo por un "hijo" más blanquito.
Si aparecen manchas oscuras sospechosas, que pueden ser mohos Aspergillus, es mejor tirarlo, pero no suele pasar según dicen si está tapado con una tela limpia.
Es normal la aparición de filamentos oscuros que se retiran por filtrado al embotellar.
Si uno se va fuera lo puede dejar con agua y un poco de vinagre en la nevera o con un poco de té. Así parece sobrevivir bastante tiempo. También puede dejarse hasta un mes en la misma vasija, con el té, fuera de la nevera. El líquido se volverá muy ácido, de color claro, y el hongo aumentará mucho de grosor. Al volver, el líquido ácido puede usarse como limpiamanchas.
La bebida de té Kombucha parece sidra (no siempre sale igual) tiene un sabor algo ácido y carbonatado, pero no es desagradable en absoluto. Cuantos más días se deja el hongo (o cuanto más grande es), menos dulces la sidra de Kombucha, pues el "hongo" se alimenta del azúcar del té, transformándolo en diversos ácidos y otras sustancias.
Cada persona, según su gusto, puede hacer el cambio de té Kombucha a los 6 - 10 días.
Probad el líquido antes, hasta conseguir el sabor deseado.

Diferentes tés para su elaboración
Como cada té tiene su carácter particular, su sabor y color, la kombucha se puede elaborar a base de cualquiera de estas variedades:
• Té negro
• Té verde
• Pu-erh o té rojo
• Rooibos
• Yerba mate
• Frutas del bosque
La textura del ataque en boca recuerda a la sidra, debido al tipo de fermentación, y a que se consume fresco y natural.

El té de kombucha es una de las infusiones que permiten perder peso, estimulando el metabolismo digestivo y graso. Pero es necesario conocer cuáles son sus posibles efectos secundarios para evitar complicaciones inesperadas. Diversos estudios científicos avalan esta información.

Efectos secundarios del té de kombucha
  • Náuseas.
  • Reacción alérgica.
  • Vómitos.
  • Dolor de cabeza.
  • Erupciones cutáneas.
  • Se altera la función hepática.
  • Shock cardiovascular.
  • Intoxicación por minerales (plomo)
Contraindicaciones del té de kombucha
  • Personas que padezcan de coagulopatías.
  • Pacientes cardíacos.
  • Pacientes con problemas hepáticos.
Es importante tener presente donde se prepara el té de kombucha, ya que por ser un té fermentado, pasa mucho tiempo en contacto con el recipiente donde se lo elabora. Esto puede producir intoxicación por minerales, como el plomo. Es por ello que se sugiere prepararlo en una botella o frasco de vidrio esterilizado.


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