El Tema de Hoy
Permitirse espacios para la expresión pura del amor, no depende de las formas o contextos que la mente suele crear.
Elevar la condición humana en sus diversos aspectos nos permite
traer el cielo y anclarlo en la tierra... Esto requiere de una mayor
expansión y profundidad de nuestra consciencia... Suponer que los
aspectos de la sexualidad humana corresponden a espacios inferiores y
por debajo del ámbito espiritual, tan solo denota una pobre comprensión y
exploración de la misma... y con esto no me refiero simplemente al tema
de las posiciones que se puedan recrear, ni a la frecuencia o técnicas
preparatorias para el ritual... La sexualidad humana es un misterio sin
profundizar, una mina sin explotar, una tierra virgen sin descubrir en
toda su extensión... Lo elevado y sabio no se encuentra volteando hacia
arriba, sino mirando muy adentro de todo lo que constituye la naturaleza
del ser humano.
La gente debiera saber que la fusión que acontece cuando yacen
juntos dos seres en pleno acto sexual, puede trascender todo plano y
dimensión, es un espacio en donde se puede establecer además un contacto
puro y real con la Fuente Creadora del Amor.
La energía física cuando se involucra apropiadamente, sirve como
un detonador de la chispa divina, abre un portal y se accede a esferas
insospechadas de estados del ser.
El acto sexual ciertamente es el comienzo de algo, así como
también lo es el enamoramiento, el romanticismo, la sensualidad y otras
prácticas más...Tengamos presente que estos aspectos al ser madurados se
convierten en un exquisito manjar de la presencia divina.
Cuando alguien ejerce el acto sexual puede quedarse en el nivel
de la cascara, sin llegar a probar la pulpa. Para comprender el sentido
de la experiencia debemos recibir, elevar e integrar todo aspecto de
dicha expresión.
Cuando nos ubicamos dentro de la esencia de todo lo que hacemos,
compartimos y empleamos… podemos percibir que no existe nada que se
pueda considerar como una práctica o espacio inferior... Tal cosa no
existe... La presencia divina simplemente es, y todo lo puede revestir y
compenetrar… Ella se haya contenida en toda situación, momento y lugar…
No se debiera por lo tanto clasificar algo como una práctica superior o
inferior… mejor o peor… rudimentaria o avanzada… mundana o
espiritual... Son energias mentales las que nos motivan a proceder
así... Son consideraciones erróneas de una mente que valoriza y crea
separación… Que gusta de fragmentar la divinidad y la presencia del ser.
Ari Shemoth
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