El hombre tiene el mismo mecanismo que las plantas para elaborar los alimentos. A través de su piel y sus ojos absorbe todos los colores directamente del sol, y esta absorción de oxígeno y color, a través de los rayos solares le da la energía que necesita para preservar la salud y por lo tanto la vida. De allí, que los rayos de colores condensados en los alimentos que vamos a consumir, deben ser estudiados cuidadosamente.
De la misma manera que estudiamos el color de nuestra ropa, los tonos de las paredes de nuestro hogar, así debemos tomar en cuenta que, dentro del universo, el color es de vital importancia, para obtener no sólo la armonía decorativa del mundo exterior, sino también proporcionarle a cada órgano de nuestro cuerpo el color que requiere para su mejor funcionamiento.
El hombre es un animal depredador, que vive de las plantas y de los animales. Sin plantas no habría vida. Ellas toman de la luz el color, y transforman toda esa energía cromática en flores, frutos y vegetales, que dan al ser humano la fortaleza que requiere para desarrollarse integralmente.Se habla mucho de la alimentación balanceada. Pero esta frase, fácil de pronunciar, es muy difícil de poner en práctica, porque la mayoría de la gente no sabe lo que es eso. Ante todo debemos conocer nuestro cuerpo, saber oírlo, conocer sus requerimientos y de cómo funciona en relación con el universo que lo circunda. Conocer los tipos de energía que existen y entender que no sólo de pan vive el hombre. Y como necesitamos ingerir diariamente alimentos energéticos y balanceados, vamos a compartir con ustedes algo que mucha gente, incluyendo médicos y especialistas en nutrición, desconocen.
En nuestro organismo existen siete grupos de órganos, que se identifican con los siete colores del arco iris. A continuación enumero los órganos según su energía cromática:
ROJO:
El corazón, las arterias, venas, bazo, núcleos mamilares de cerebro, recto, vagina, pene, sangre, médula osea.
VERDE:
Los riñones, la corteza suprarrenal, corteza cerebral, sustancia gris de la médula espinal, esfínter anal, cuello uterino, oído, amígdalas.
AMARILLO:
El tubo digestivo, la matríz, ecepto sus respectivas mucosas, el hígado y la vesícula biliar.
BLANCA:
Tráquea, bronquios y pulmones, páncreas, tejido linfático, apéndice veriforme, tejido oseo, senos.
AZUL:
Globos oculares, nervio óptico, cardios y píloro-las válvulas del estómago-la tiroides y la adenohipótesis.
ANARANJADA:
Todas las mucosas de los órganos, parte del tejido adiposo y algunos núcleos hipotalámicos.
Como cada órgano tiene una energía cromática, en la naturaleza también se encuentran
siete grupos de alimentos que poseen la misma energía, que los colores de nuestro arco iris. Es decir, tenemos alimentos con energía roja, verde, amarilla, violeta, azul, anaranjada y blanca. Una comida balanceada es la que contenga una ración de cada uno de los siete grupos energéticos, para que nuestros órganos reciban, la dosis de color que necesitan para satisfacer sus necesidades y lograr su equilibrio y buen funcionamiento. Al comer una ración diaria de cada uno de estos tipos de alimentos, que va a nutrir y a energetizar el órgano adecuado, tendremos el potencial necesario para el buen funcionamiento de nuestro organismo.Las raciones se pueden determinar según los elementos sean líquidos, una taza, y doscientos gramos si se trata de sólidos. En el caso de semillas y frutos secos, una cucharada grande al día es suficiente para cubrir las necesidades de una persona normal.
Es una cosa fácil aprenderse los colores de los alimentos y para ello les diré una forma muy sencilla de lo que le corresponde a cada uno de ellos:
VERDES:
Son todos los frutos y vegetales que posean ese color. La sal común, aunque cristalina y blanca, es energéticamente verde, y esto se debe a su origen marino y a las grandes cantidades de minerales que contiene. El verde agrupa minerales como el aluminio, bario, carbón, clorofila, cobalto, cobre, nitrógeno, radio, titanio y otros.
ANARANJADOS:
Son todos los vegetales no verdes. La zanahoria, la remolacha, los nabos, la auyama (calabaza), las naranjas y todos los cítricos tienen la cualidad de pertenecer a éste grupo y también al grupo de los alimentos amarillos.
AMARILLOS:
Son las frutas cítricas y otras, como mangos, melones, lechoza (papaya), duraznos, apricot, mandarinas, tambien el amarillo de los huevos, granos como habas, lentejas, garbanzos. Todos los tipos de frijoles pertenecen a este grupo, al igual que la cebolla, la mantequilla, el maíz.
AZULES:
Son todas las frutas del universo, indistintamente del color físico que posean.
BLANCOS:
Son todos los cereales, el arroz, el trigo, la cebada y todo lo que se elabore con ellos, el pan, las pastas, los postres son alimentos blancos.
ROJOS:
Son todos los alimentos que provienen del reino animal: carnes, pescados, leche, huevos, quesos, yogourt, el azúcar en todas sus formas, miel, germinados frescos de todo tipo de semillas, tienen el mismo poder energético que cualquier carne animal. El vino y los licores.
VIOLETA:
Es un color de armonía dentro del universo, así el agua cristalina, la miel de abejas, el polen, la jalea real, los frutos secos, las infusiones de plantas no verdes: la malva, la cayena, las oleaginosas como el maní, merey (anacardo), avellanas, almendras y otras pertenecen al color violeta.
En una perfecta sincronización de estos siete elementos radica el dar a nuestro ser una alimentación balanceada, así como las sales minerales y los nutrientes necesarios para vivir sanamente. Los invito a meditar sobre el misterio del color, que es algo tan científico como mágico.
(Del libro: Laboratorio de la Naturaleza - Lutecia Adam)
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