El Espíritu de la Navidad es un Ángel Solar, ya que su existencia se
debe al movimiento de la energía del Sol. Es de una radiación inmensa y
se lo conoce con diversos nombres, uno de los cuales es Natívitas. Su
resplandor es tan grande que se expresa como una Estrella de nueve
puntas con radiación Verde, Blanca y Rubí, que desciende el 21 de
Diciembre, el día del Solsticio de invierno en el hemisferio norte. El
solsticio es el punto en que el Sol está más lejos del Ecuador de la
Tierra; esto sucede dos veces al año, ocasiones que se celebran como
momentos culminantes, llenos de mucho significado. Cuando el Sol está
hacia el Polo Norte, se llama ”Solsticio de Verano Norte”, y esto sucede
el 21 de Junio, cuando hace calor en los Estados Unidos y Europa, y
frío en Argentina, porque el Sol incide más sobre el norte de la Tierra,
haciendo que los días allí sean más largos y las noches, más cortas.
Cuando el Sol está hacia el Polo Sur, se llama ”Solsticio de Invierno
Norte” y esto ocurre el 21 de Diciembre, día en que desciende el
Espíritu de la Navidad ; ésta es la verdadera noche de Navidad y Año
Nuevo, cuando comienza el verano en Argentina, y el invierno en España y
los Estados Unidos de Norteamérica. Es el momento en que el Sol se
encuentra en su punto extremo en el Polo Sur y emprende su camino hacia
el Polo Norte, naciendo el Sol para todos lo países del norte; la vida
que parecía morir por el invierno, renace para continuar el ritmo
cósmico natural de las estaciones. En esta fecha, las noches son más
largas en el Polo Norte, y los días más cortos.
En esa noche, que es la más larga del año, se dice que nació el Maestro
Jesús; porque el Sol es la vida, y Jesús El Cristo es la vida
espiritual; ambos se han fundido: el mito solar con el cristianismo,
pues se ha comparado a Jesús con el Sol. El día del Solsticio, o la
llegada del Espíritu de la Navidad, siempre se ha celebrado en la
historia de la humanidad, aunque no con ese nombre. En Egipto se decía
que nacía el “AION”, relacionado con una cruz y una estrella; también
con el día en que la madre Isis alumbraba al dios Horus y nacía el dios
Osiris. Para otras creencias y religiones era el día del nacimiento de
diversos dioses, como Mitra Dionisio y Apolo. Los romanos celebraban el
“Natalis Solis Invicit”- “ o nacimiento invicto del Sol”-, y los
griegos, las Saturnalias en honor al dios Saturno. Como el día del
Solsticio, cuando desciende el Espíritu de la Navidad, era una fecha tan
sagrada en la antigüedad, el Papa Julio I, en el año 345, con mucha
lógica y criterio, la asoció con el nacimiento de Jesús y la colocó en
una fecha fija el 24 de diciembre.
El Espíritu de la Navidad emana tres brillantes
radiaciones: La primera es de color Rubí que produce prosperidad,
deseos de regalar, hacer grandes cenas y decorar. Cuando viene la
Navidad somos inegoistas, pensamos en regalarle a todo el mundo y el
Espíritu de la Navidad es el que nos trae el impulso de regalar. La
segunda radiación del Espíritu de la Navidad es Verde, que es la alegría
y entusiasmo. Por último el color Blanco, que irradia pureza, belleza,
paz y elevación, impulsándonos a ir al templo, vivir en paz, meditar y
estar en familia.
El Espíritu de la Navidad,
como todo ángel, existe para quien lo siente y piensa, y de esa manera
es atraído. Así que nosotros somos responsables, creadores y artífices
de la radiación tan hermosa que existe en Navidad, y esto constituye una
gran oportunidad que tenemos en el año de manifestar bondad.
En toda Navidad debe
brillar una Estrella en la puerta de la casa, arbolito o nacimiento de
cada estudiante espiritual, para que cuando descienda el Espíritu de la
Navidad el día del Solsticio, entre a la casa y lo bendiga con todos sus
regalos de provisión, amor, paz, y allí se ancle para irradiar su
Energía. El Espíritu de la Navidad es la Alegría, belleza, musicalidad, y
prosperidad pura que siempre se ha expresado en Diciembre.
El Amado Santa Claus es
una de las formas en que se expresa el Espíritu de la Navidad, dándoles
regalos de vida y alegría a todos los pueblos de la Tierra. Muchas
personas materializan al Espíritu de la Navidad en estatuas parecidas a
Santa Claus.
“El Espíritu de la Navidad es una emanación de Amor que se vierte
sobre la Tierra como una Lluvia Dorada de hermosas partículas de Luz,
que contienen todas las Cualidades Perfectas de los Ángeles, Maestros
Ascendidos y demás Seres Divinos. Cada partícula es como una Estrella de
nueve puntas, y toda la atmósfera interior de la Tierra y los cuerpos
de toda la gente son envueltos de esta emanación. Su poder se va
incrementando hasta la víspera de Navidad, cuando Su potente Presencia
es casi palpablemente sentida incluso por las mentes más superficiales y
menos refinadas. A esa efusión de todos los Seres Celestiales, se suma
una tremenda Radiación desde los Retiros Etéricos y Santuarios del
Mundo, bajo la protección y guía directa de los Maestros y Chelas
conscientes. Durante la época de Navidad, la atmósfera de la Tierra está
literalmente llena de “polvo de estrella", sustancia que la gente
inspira inconscientemente, pero que produce en sus cuerpos internos una
sensación de Bienestar, Paz y Felicidad, que atribuyen al Espíritu de la
Navidad”
Cuando viene la Navidad,
se incrementa la efusión de afecto de la Estrella del Amor, porque la
conciencia de la humanidad se eleva, causando que se sienta Paz y mucha
espiritualidad. De manera que es una oportunidad tremenda el utilizar
toda esta fuerza adicional que se tiene a mano para perdonar, regalar y
dispensar alegría. Para el advenimiento del Espíritu de la Navidad se
despliegan por toda la Tierra millones de Coros Angélicos de la Navidad,
prodigando milagros, alegría, curaciones, y dando gratas sorpresas.
Sonríe,
es Navidad. Canta, es Navidad. Llena tu corazón y el mundo con tu
cantar. Deja que el Espíritu de la Navidad te embriague, y cuando estés
en éxtasis de alegría y llorando de gozo, extiende tu corazón a todos
los seres del planeta Tierra, los Ángeles, Maestros Ascendidos y Seres
de Luz y repite con todos: Es Navidad! Paz, Paz, Paz.
CARTA AL ESPÍRITU DE LA NAVIDAD
Existe
entre los niños la costumbre de escribir la carta a Santa Claus; los
adultos se la escriben al Espíritu de la Navidad, y suele tener mucho
efecto cuando se realiza con fe.
“YO SOY” invocando la
DIVINA PRESENCIA DE DIOS en mí y al Amado Espíritu de la Navidad, de
Prosperidad, Alegría y Paz, para que en Armonía para todo el mundo, bajo
la Gracia y de manera perfecta, se manifieste en mí este regalo de
Navidad: (Escribe tu deseo).
Gracias, Espíritu de la Navidad, porque ya me diste este regalo para hacerme feliz a mí y a todos los demás.
Esta petición se puede
comenzar cualquier día de Diciembre y hay que leerla diariamente hasta
la llegada del Espíritu de la Navidad, en que deberá ser incinerada
diciendo: “Gracias Espíritu de la Navidad, porque esto ya se cumplió”
Textos extraídos del libro de Metafísica “Espíritu de la Navidad” de Rubén Cedeño. Octava Edición 2009. Editorial Manifestación & Editorial Señora Porteña.
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