domingo, 21 de agosto de 2011

Algarroba (Sustituto del chocolate)

Hierbas y Especias
La algarroba o carob ha estado presente tanto como el chocolate - y en la industria de la comida saludable, aun mas!
La Algarroba se utilizaba como un endulzante y complemento digestivo en el Antiguo Egipto al mismo tiempo que los Aztecas consumian cacao.

Hechos de las semillas o habas del arbol de algarroba (tambien conocidas como habas de langosta), que crecen en largas vainas con forma de cuernos, la algarroba es naturalmente dulce y no contiene estimulantes u otras drogas.

Recogida en su justo punto de madurez, la chaucha del algarrobo nos brinda una harina aromática y muy dulce, con sabor bastante parecido al cacao y con muchas propiedades nutricionales y terapéuticas.

Con ella se prepara el ancestral patay, que es una torta hecha con harina de algarroba y agua. Los indígenas utilizaban la algarroba para producir bebidas, a través de la fermentación de las chauchas (aloja) o por simple dilución de la harina en agua (añapa). Hirviendo las chauchas obtenían el popular arrope.
La algarroba ha sido largamente utilizada como sustituto para el chocolate en recetas para dulces y horneados mas saludables. El algarroba es alcalino para el cuerpo, mientras que el chocolate crea acidez. Hornear con algarroba tambien significa que se utiliza menos azucar, desde que el polvo de algarroba es naturalmente mas dulce que el cacao.

Es seguro para los niños e incluso para los perros - a quienes el chocolate les resulta venenoso.

Propiedades
• Importante fuente de vitaminas del grupo B como la B1 o tiamina, la B2 o riboflavina, la B3 o niacina y de pro-vitamina A o beta-caroteno.

• De los minerales que posee sobresalen el potasio, el fósforo, el magnesio, el calcio, el silicio y el hierro.

• También contiene una cantidad nada desdeñable de proteínas, entre un 8 y un 10%.

• Las semillas de algarroba son muy ricas en mucílagos, un tipo de fibra soluble que facilita la digestión y alivia las molestias digestivas. En concreto, los mucílagos (sustancia viscosa) ejercen una acción favorable contra la inflamación de la mucosa digestiva, lo que beneficia a quienes tienen gastritis, dispepsia (digestión pesada), pirosis o ardor, diarrea y otras afecciones digestivas similares. En caso de diarrea, hay quien recomienda ingerir una cucharada de algarroba en polvo en una taza de líquido, preferiblemente agua. Recientes estudios demuestran la gran efectividad de la harina de algarroba contra úlceras, diarreas infantiles e infecciones intestinales. Sus fibras cumplen un triple efecto: convierten el líquido en gel coloidal, distienden las paredes intestinales y estimulan un correcto peristaltismo que elimina las contracciones dolorosas.

• Otro componente importante de la algarroba son los taninos, antes considerados producto tóxicos y hoy revalorizados dentro del grupo de los polifenoles como antioxidantes y potentes protectores que evitan la formación de las cancerígenas nitrosaminas, son antiinflamatorios, antirreumáticos y benéficos para el corazón y los riñones.

• La resina del árbol está especialmente indicada para combatir el asma, la blenorragia, la cistitis, la laringitis y la indigestión. Por otra parte, está comprobado que esta resina es un magnífico agente expectorante, limpiando de esta forma las vías respiratorias. De su corteza, además, se obtiene un té que resulta muy útil para aliviar dolores de tipo reumático.

• El algarrobo también tiene propiedades diuréticas combinándolo con jugo de arándano, ya que estimula los riñones denominados “perezosos” y facilita el aumento de los niveles de orina.

• Por medio de la fermentación de la algarroba se obtiene una bebida alcohólica llamada Aloja.

• Es un alimento apto para celiacos ya que no contiene gluten.

Trufas de algarroba

Ingredientes:

  • 3/4 de taza de avena en copos
    ½ taza de azúcar morena
    6 cucharadas de aceite de oliva
    2 cucharadas de harina de algarroba
    3 cucharadas de agua
    Licor de naranja si gustas

Procedimiento:

Mezclar y cocinar por 5 minutos la avena, el azúcar, el aceite de oliva, la algarroba y el agua. Una vez tibia la mezcla, formar bolitas (las trufas) y guardar en heladera. Si la mezcla está muy ligera, agregar un poquitín más harina de algarroba o avena, hasta que quede compacta.

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