domingo, 21 de agosto de 2011

El mijo (Panicum miliaceum)

La Protagonista de la Semana
Pocos saben que el mijo fue uno de los primeros cereales del hombre. En China e India ha sido el alimento básico durante más de 3.000 años. Hoy en día es el principal cereal para más de 400 millones de personas. Pueblos guerreros (etruscos, romanos, galos, griegos, persas, asirios, tártaros y visigodos) se alimentaban con mijo para mantenerse en forma física y mental. Los hunzas del Himalaya (famosos por su longevidad) lo tienen como cereal básico. Es gustoso, dulce, liviano y alcalinizante. Además es más nutriente, energético y rico en sales minerales que los cereales más difundidos. Increíblemente, en nuestro país se lo consume muy poco y la gran mayoría lo considera despectivamente como alimento para pájaros. 
En zonas secas, el mijo (Panicum miliaceum) significa una barrera contra el hambre. Crece en tierras pobres con pocas lluvias y si éstas no se producen, las plantas hibernan para esperar las siguientes lluvias. Además el mijo cosechado puede almacenarse sin dificultad por algunos años.

Desde el punto de vista nutricional, tiene un alto contenido proteico. Sus proteínas son de elevado valor biológico, más completas que las de trigo, arroz y maíz, y en mayor cantidad. Es, junto a la avena, el cereal más energético que se conozca. Tiene alto contenido en hierro, calcio, fósforo, potasio, sodio, magnesio, cinc, manganeso y vitaminas (A, B y PP). La presencia del magnesio lo convierte en un gran fijador de calcio. Uno de sus componentes (ácido silícico) explica su acción estimulante sobre el esmalte dental (como lo demuestran las dentaduras de los africanos, grandes consumidores de mijo) y también sobre el cabello, las uñas, la piel y el tono intestinal (el silicio estimula la contracción y evita la distensión del colon). En cosmética se producen extractos salinos de mijo destinados a dar lucidez y vigor al cabello.

Propiedades
Como cereal excepcionalmente rico en hierro, el mijo se recomienda en casos de debilidad física, fatiga, anemia, astenia, falta de ánimo y menstruaciones abundantes. Resulta también muy útil para mujeres embarazadas o en periodos de lactancia. Favorece la regeneración celular y por tanto se considera excelente para fortalecer la salud de la piel, los cabellos, las uñas y los dientes.
Por su alto contenido en magnesio, el mijo se considera un cereal muy apropiado para los deportistas, que con el sudor pierden muchos minerales. Además de combatir el agotamiento y permitir la recuperación tras el esfuerzo físico, alivia los calambres musculares y fortalece los músculos.
El mijo resulta igualmente eficaz para defenderse del estrés y la irritabilidad nerviosa, para reducir la intensidad y frecuencia de los ataques migrañosos, y como apoyo en regímenes adelgazantes. Se encuentra, además, entre los pocos cereales sin gluten, lo que resulta interesante para las personas celíaca.
 
Utilización en la cocina
Usar el mijo es muy fácil, pues tiene los mismos usos que el resto de granos integrales. Es una excelente alternativa a la pasta o el arroz. Su sabor, neutro, suave y lleno de matices, recuerda un poco a la mantequilla, por lo que es apropiado para cocinar junto a otros ingredientes de gustos más intensos en una gran variedad de platos.

Al tostar el mijo ligeramente en la sartén se percibe un ligero aroma a nueces. Es sólo un anticipo de las posibilidades que ofrece el grano, entre las que también destacan los panes de textura densa, como los que se hacen en Asia y en el norte de África.

El mijo es un cereal de cocción rápida, muy fácil de cocinar. Como el grano es muy pequeño, antes de cocerlo, es preciso lavarlo y escurrirlo bien. Luego se tuesta ligeramente en una sartén, para inmediatamente después cocerlo en agua caliente, esperar a que hierva, y dejarlo a fuego suave unos 20 minutos o hasta que adquiera una textura esponjosa. Una vez cocinado, desaparece por completo el ligero deje amargo que desprende.
El mijo se suele cocer de forma irregular, de manera que algunos granos pueden quedar totalmente cocidos y abiertos al mismo tiempo que otros permanecen firmes y crujientes. A la hora de conservar el mijo de forma óptima, se aconseja guardarlos en recipientes herméticos, a ser posible de vidrio, y mantenerlos alejados del calor y de la humedad.


Debido a que el mijo es uno de los cereales más energéticos que existen, es una buena idea incluirlo en el muesli del desayuno o en uno de los platos del mediodía, especialmente durante el invierno. En primavera y verano puede degustarse acompañando refrescantes ensaladas.

En las tiendas de dietética puede adquirirse cualquiera de sus muchas variedades comestiblesdel mijo. Para utilizarlo en la cocina hay que fijarse en tres tipos de mijo: el blanco, el negro y el dorado, que ofrece el mejor sabor.



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